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miércoles, 26 de marzo de 2014

¿Y el juramento hipocrático?

Una de las etapas más satisfactorias que un médico recién egresado puede tener, es la llegada del servicio social, periodo donde se aplican los conocimientos acumulados en las aulas con la autonomía y responsabilidad que terminan formando al verdadero profesional de la salud.

 

Este periodo, se encuentra inmerso en una carga de altruismo y espíritu social y que al culminarlo, antes de recibir nuestro título profesional, tenemos la satisfacción de hacer un compromiso bajo juramento de llevar al cabo los preceptos heredados por Hipócrates.

 

Como todo en la vida, el tiempo pasa y comenzamos a laborar, seguir preparándonos, hacer estudios de posgrado o alguna especialidad con la finalidad de tener más armas para poder realizar dicho compromiso de la mejor forma posible.

 

Es en realidad muy triste poder apreciar como la situación económica global, la búsqueda de la comodidad para nosotros y nuestras familias nos hacen concentrarnos en las grandes metrópolis dejando de voltear nuestras miradas hacia las comunidades rurales, que día a día son víctimas del rezago y la injusticia social, siendo justo ahí, donde nuestras acciones pueden y deben marcar la diferencia.

 

Cuando nos damos la oportunidad de acercarnos con nuestra gente que se encuentra prácticamente en el olvido y que aún contando con apoyos como los realizados por el gobierno como lo son el programa oportunidades o el seguro popular, de poco sirve ser una estadística más en las grandes bases de datos que hacen parecer que son sólo un semillero de futuros votos para determinado partido político pues aunque se proporcionen consultas gratuitas, existen comunidades que tienen que desplazarse dos , tres y hasta más horas para recibir la atención y si corre con suerte, se le proporcionarán los medicamentos si los hay en existencia.

 

Resulta comprensible que este traslado genera costos pudiendo ser de acuerdo a una reciente experiencia de entré 300 y 500 pesos.

 

Cuando apreciamos que el hambre, la pobreza, la desnutrición, la falta de información de los pobladores concerniente a sus enfermedades y sus derechos, ver como los encargados de los programas tienen sueldos bastante envidiables uno se explica por que el médico en muchas ocasiones termina siendo un líder social que sabiendo lo complicado de los trámites burocráticos y la falta de interés de las autoridades, puede llegar a contemplar la búsqueda de soluciones a esta injusticia valiéndose de estrategias que para muchos no son bien vistas.

 

Hagamos conciencia, reflexionemos y recordemos le a todo aquel médico que conozcamos que la palabra vale, no se diga un juramento, que haga pues dentro de sus posibilidades aquello a lo que se comprometió, ya que de sólo buscar dinero, existen otras opciones como el auge de las medicinas alternativas que: están de moda, son muy lucrativas y no conllevan ningún tipo de promesa social.